miércoles, 11 de septiembre de 2013

Una muerte más durante protestas en Turquía

Las protestas en Estambul, por el contrario de lo que puedan decir los medios locales, nunca han cesado, si bien conforme los meses han variado en intensidad, el descontento ha permanecido intacto. En cafés y plazas siguen las pequeñas reuniones agitadas, en las calles los graffitis borrados vuelven a pintarse, todos los sitios donde se pueda mostrar inconformidad son validos, hasta la final de fútbol de la Super Copa de Tuquía. La tensión ha y sigue siendo evidente y prueba de ello es que el parque Gezi, lugar en donde se iniciaron las protestas se encuentra la mayoría de las veces cerrado y  custodiado por policías. 

El día de ayer el estallido de las manifestaciones fue inevitable. Había mucho enojo e impotencia de por medio, la razón:

Ahmet Atakan un chico de 22 años fue herido a muerte con un proyectil de gas de las fuerzas policiales mientras  protestaba junto a un grupo numeroso, por la construcción de una carretera en la Universidad Técnica de Medio Oriente de Ankara con sede Hatay una provincia al sur de Turquía colindante con Siria.

La noticia de su muerte se difundió rápidamente en las redes sociales y por medio de ellas se realizó una convocatoria a las 7:00 pm en Kadiköy y Taksim dos distritos estratégicos de la ciudad de Estambul.

Kadıköy es uno de los barrios màs antiguos de toda la ciudad, sus calles están siempre llenas, el bullicio se percibe en los cafés,bares, cines y en las cientos de librerías y tiendas que existen. La hermosa vista al Marmara, la vida comercial y su embarcadero para de ir de la zona asiática  a la parte europea, lo hacen uno de los distritos màs importantes de todo Estambul.


Hace apenas diez días en este barrio se cerró el acceso al tráfico,  debido a que cientos de personas celebraron el Día Mundial de la Paz  con  una manifestación convocada por el Partido de la Libertad y la Democracia (BDP) que representa  a la comunidad kurda de Turquía.


Los kurdos son una de las minorías étnicas existentes en el país.  Han tomado parte de forma activa durante las protestas para expresar su disconformidad con el gobierno del Primer Ministro Recep Tayyip Erdoğan. Apenas en los noventas ser kurdo en Turquía significaba estar sometido a una falta total de derechos humanos. Todavía hay muchas fosas comunes por desenterrar en el sudeste del país consecuencia de la guerra soterrada entre ejército turco y guerrilla del PKK (Partidos de los Trabajadores del Kurdistan). Sus años de lucha por la igualdad de derechos y la dureza con la que han sido reprendidos les ha enseñado que si tienen algo que decir debe ser por medio de la protesta. El 1 de Septiembre aplaudían y agitaban sus banderas verdes, amarillas y rojas mientras el líder del partido Selahattin Demirtaş criticaba severamente el apoyo a la invasión de Siria del Primer Ministro. La noche de ayer no hubo aplausos, ni chiflidos, sólo un grito en especial  “Ahmet Atakan onurumuzdur” (Ahmet es nuestro orgullo) repetían los jóvenes turcos y kurdos por igual.

El plan original era trasladarse de Kadiköy a Taksim donde también se había realizado un llamamiento, sin embargo, esto no fue posible. Alrededor de las 11:00 pm cuando la gente se reunía por segunda ocasión y formaba barricadas, la policía irrumpió con camiones de agua a presión y bombas de gas.  Los enfrentamientos duraron hasta la madrugada de este miércoles 11 de Septiembre. Personal de limpieza tuvo que lavar las aceras desde muy temprano para devolverlas a la normalidad, incluso a esa hora el olor del gas podía sentirse por todos lados.

Mientras tanto en Taksim, situado en la zona europea de Estambul, las cosas no transcurrían diferentes: agua a presión, balas de salva y gas pimienta inundaban avenidas y calles alternas. Principalmente Istiklal, la avenida más representativa de este lugar y llena siempre de gente yendo y viniendo. Músicos extranjeros pidiendo dinero para su viaje a la india y drogas, mujeres con velo o  çarsaf  (túnica que cubre el cabello y el cuerpo hasta los pies), chicas en minifalda y diminutos vestidos, turistas japoneses asombrándose de todo y hasta payasos sosteniendo banderas gays. Es precisamente en este barrio ruidoso y multicultural con sus edificios antiquísimos y  tiendas de marcas exclusivas que contrastan con los cafés alternativos con música de protesta de fondo, donde los turcos han alzado la voz más veces que en ningún otro lugar.

 Taksim volvió a ser testigo del hastío y el enojo, frases como “Hoş geldin katil” (bienvenido asesino) fueron repetidas una y otra vez a los policías hasta el amanecer.
La sangre, el ruido, las quejas, los golpes, las sirenas de ambulancias han vuelto a sacudir Estambul.





Fotografía de: Vahhab Ayhan y Helin Cerer



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