lunes, 19 de agosto de 2013

La indignaciòn de clic para afuera

Apenas ayer en la noche escribía un poema sobre Estambul que termine guardando en el ya gastado borrador porque no me convenció.
Y hasta hoy entiendo que no estamos para palabras bonitas, el tiempo de leer cosas agradables y escuchar canciones de amor se nos ha terminado.

Ya estuvo bueno de tanto tragar saliva, de tanta indignación pasajera, de tuitear en contra del gobierno que no nos representa y no hacer màs nada.
La experiencia y la memoria nos tendrían que haber convertido en un país de  constante alerta y hasta cierto punto resentido, pero paso todo lo contrario, nos volvió indiferentes y permisibles. Y a los que no nos volvió indiferentes nos hizo tibios y miedosos. Yo por ejemplo sólo se gritar para adentro.

No lo quiero màs, no estoy dispuesta a permitirlo. Llevo días deprimiendome leyendo y releyendo notas y datos sobre la reforma petrolera, e irónicamente abrazando a mi amiga española a la que no paro de repetirle "Nos van a vender otra vez" y a lo que ella siempre responde -Esto es asì Faby, a mi paìs tambièn lo han vendido a los banqueros, los que tienen el poder, el dinero y las armas siempre ganan". No quiero que ganen quiero soñar que la mayorìa todavìa puede, porque en realidad es cierto.

Hasta hace unas semanas el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) nos confirmaba oficialmente lo que nuestros ojos ven a diario: que la pobreza aumento y pasamos de ser 52 millones 813 mil personas a 53 millones 349 mil personas pobres. Si la reforma petrolera se aprueba pueden omitirse la evaluaciòn de los pròximos años, se los puedo pronosticar de gratis, vamos a ser todavìa muchos màs de la mitad.

Porque la ambiciòn de los que se libraron de serlo es tanta, porque nuestros representantes no tienen intenciòn de servir al paìs y nosotros no tenemos intención de defenderlo. Porque no hay sentimiento de unidad, de igualdad, de equidad. Porque en México el que no apaña "es pendejo", porque le hemos cogido gusto al atole y al dedo. Porque los afortunados que nos les escapamos al sistema y con escapar no me refiero a tener plata sino a no màs leer, informarse, no ser adicto a las novelas y demás, no somos lo suficientemente tenaces para tomar las calles.
Porque ya nos hacen normales los excesos de "nuestros representantes", porque no sabemos poner limites. Somos un paìs donde el que hace no sòlo no la paga sino que ademàs se le premia.

Se nos ha acostumbrado a que el que se queja es revoltoso, es naco, es pejezombie, merolico, populachero etcétera. Cuando el amor al país y al bienestar social no tiene que ver con partidos políticos, ideología o clase social sino con SENTIDO COMÚN.


Ese mismo sentido común que nos abandono hace ya mucho tiempo, y es precisamente su ausencia la que nos tiene asì; muertos de indiferencia, de conformismo, nos tiene también con la panza vacía y las manos trabajando sabe con que fuerza para mantener a una clase privilegiada que no repara si quiera en disimular que el resto de la poblaciòn les importamos un carajo.








(Este blog siempre es un caos mis intenciones son buenas, mi capacidad del orden y sintanxis no) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario