Se cansaba de cuanta promesa le habían hecho ponía la cara de quien asimila algo y lo acepta pero la realidad es que su mente trabajaba siempre adelantada.
Sabía que las promesas nunca se cumplirían y sabía también que los antepasados habían jurado las mismas a los mismos y que toda esta falacia era un circulo repetitivo donde el principio terminaba chupándose el ombligo.
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